domingo, 5 de junio de 2016

TENDENCIAS.


Si no nos equivocamos en nuestra apreciación, lo que vamos a sufrir en los próximos años a nivel global, es una progresiva intensificación de este hollycapitalismo crítico, en la forma de una guerra de cuarta y quinta generación permanente y total, en todos los frentes, contra todos. 
Como sabemos las élites dominantes recurrirán al viejo divide y vencerás, que no deja de ser la mecánica de escenificación hierogámico-sacrificial, la de buenos y malos, víctimas y verdugos, todo ello mientras su obscenidad se esconde detrás de la escena. Por eso es importante que comprendamos esta mecánica y la desenmascaremos.
Podemos considerar el 11S de 2001 como el acto inaugural de este régimen distópico que tenderá a implantar progresivamente un Nuevo Orden Mundial orwelliano, en el que el régimen capitalista de intercambio de mercancías sea superado y de paso a un régimen hollycapitalista de intercambio de mercancías humanas regulado por flujos de deseo y de amenaza. 
Un gran ritual MKUltra y al mismo tiempo una gran producción hollywoodense. La ficción distópica convertida en realidad.

Pedro Bustamante.




El hecho de que vivamos en sociedades disciplinarias no significa que se nos esté obligando a vivir un modo de vida que de otro modo no escogeríamos. 
El poder disciplinario no supone coacciones externas como si nuestra individualidad espontánea y libre de pronto se topara con una imposición venida de fuera que reprimiría nuestro poder de decisión y nuestra libertad. 
No, estimado lector, el poder de los regímenes disciplinarios es mucho más sutil y modesto, mucho más… insidioso. 
En estricto sentido, lector mío, nosotros somos la disciplina.

Carlos Béjar.




Más que un futuro de centralidad teocrática, lo que se entrevé es un horizonte de nihilismo tecnológico muy eficaz, hiperproductivo y desesperado.

Giovanni Iozzoli.
Reseña de Neurocapitalismo, de Giorgio Griziotti.


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