La guerra de las máquinas contra los seres humanos ya no es ninguna película, según afirma la ONU en un informe de 500 páginas sobre la situación en Libia, publicado en marzo.
Los drones de combate Kargu-2, fabricados por la empresa turca STM, persiguieron a la población sin seguir instrucciones procedentes de seres humanos.
“Los convoyes logísticos en retirada y las unidades de las fuerzas afiliadas a Haftar fueron perseguidos y tiroteados a distancia por drones de combate o sistemas de armas letales autónomas”, dice el informe.
Los sistemas automáticos de armas “habían sido programados para atacar objetivos, sin necesidad de una conexión de datos entre el operador y la munición y, por lo tanto, estaban realmente en modo de búsqueda automática», añade la ONU.
Los medios.
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