El ser humano, siendo
lo que es, ofrece una resistencia natural a la dominación, por lo que la
dominación siempre necesita de la fuerza física y de la mentira para imponerse
y mantenerse.
Siempre necesitará una casta sacerdotal para organizar el engaño y una casta de guerreros para imponer el dominio por la fuerza.
Siempre necesitará una casta sacerdotal para organizar el engaño y una casta de guerreros para imponer el dominio por la fuerza.
Siempre necesitará
corromper la capacidad de entendimiento y las cualidades básicas de un
determinado número importante de seres humanos, jerárquicamente degradados.
Si los seres humanos no fuéramos lo que somos, con las cualidades y capacidades que tenemos, un diseño artificial podría mantenernos organizados como robots, siguiendo los dictados y cumpliendo las misiones encomendadas sin resistencia y sin necesidad de mentiras ni de amenaza física; pero siendo lo que somos, sólo puede mantenerse con la fuerza y la mentira, en guerra permanente contra la voluntad de entendimiento del ser humano: los brotes de in-dignación son y serán siempre recurrentes.
Casilda Rodrigáñez.
Si los seres humanos no fuéramos lo que somos, con las cualidades y capacidades que tenemos, un diseño artificial podría mantenernos organizados como robots, siguiendo los dictados y cumpliendo las misiones encomendadas sin resistencia y sin necesidad de mentiras ni de amenaza física; pero siendo lo que somos, sólo puede mantenerse con la fuerza y la mentira, en guerra permanente contra la voluntad de entendimiento del ser humano: los brotes de in-dignación son y serán siempre recurrentes.
Casilda Rodrigáñez.
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