domingo, 15 de septiembre de 2013
MEMORIAS DE AMOR.
Tengo siete instantes clavados
en el corazón.
Primer instante.
Te conocí.
Flecha indigna de tu nombre,
con rugido de violetas se acercó hasta mí,
robando al cielo su color
y al mar su cara líquida.
Segundo instante.
Te abordé.
El jardín se torna abrevadero
y en rica alcoba el canto de los grillos.
Estrecha y mansa senda adormecida
en ahogado grito repetido
por la luna y el bajel que pasa.
Tercer instante.
Repetí.
El hogar del crimen nos reclama
con voces nuevas de pálidas sirenas.
Sones de plata,risa de amoníaco,
culebra alada,ramas de un olivo;
vuelve la nube encima del espejo
y olvida allí los vientos, el ruido.
Cuarto instante.
Me olvidé.
Antigua cuerda de mi arpa
que acecha el leve beso de un suspiro,
romanza hermética;el filo de una espada
que se inclina y cae
dejando su figura en la pared grabada.
Quinto instante.
Te perdí.
Adiós dichosa especie de locura
sobre la aurora estática y concisa.
El confín de la sangre se diluye
por los huertos del amor,
y extraviados en plática de invierno
los colores se van de vacaciones.
Sexto instante.
Te encontré.
Vuelve a pastar tu cuerpo recobrado
entre los ricos campos de la espuma.
El sol y las abejas trabajan para tí
haciéndote un hogar entre sus vuelos.
Séptimo instante.
Te nada.
Nada de tí, ni de mí,
ni del mundo ni de nada.
Fiesta y surco sin abrir.
La nave anclada y sola
respira con el agua.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario