jueves, 12 de septiembre de 2013

NOTA INFORMATIVA.

Hace ya décadas estaba pronosticado que llegaría el momento en que tener una semilla sería un crimen. Parecía ciencia ficción imaginar que un campesino no pudiera guardar semillas para la próxima cosecha, como lo ha venido haciendo por milenios. Sin embargo, es un hecho.

Después de la firma del TLC con los Estados Unidos y de la expedición de normas como la Resolución 970 del ICA, la Policía Nacional, siguiendo las instrucciones de los funcionarios del ramo azuzados por las multinacionales dueñas de las semillas, ha comenzado a maltratar a campesinos y agricultores, a arrojar toneladas de comida al basurero y a penalizar a quienes no sirvan los intereses de los nuevos dictadores de la alimentación. 

 Si el campesino se enfrenta al monopolio de las corporaciones y guarda sus semillas «patentadas»,  puede acabar en la cárcel o paga enormes multas. 
Estamos en las manos de las multinacionales y de lo que quieran meternos a la boca, a los precios que quieran.

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