sábado, 11 de marzo de 2017

ECOS DE SOCIEDAD.


El origen de los conceptos y de los símbolos ancestrales es la propia vida y su fenomenología; así los encontramos en los restos arqueológicos hallados de las antiguas culturas humanas, culturas de celebración o recreación de la vida. 
Hay una continuidad asombrosa en las imágenes, en el tiempo
y en el espacio, continuidad que también se ha comprobado
con estudios de lenguas pre-indoeuropeas.

Esta continuidad se interrumpe con la aparición de las sociedades esclavistas y el cambio de orden social.
Hoy, en el umbral de una nueva era de esclavitud más devastadora de cuantas la humanidad haya podido conocer, hay una profusión de obras de encargo destinadas a borrar dicha discontinuidad. Borrar la discontinuidad sirve para que los conceptos y los símbolos que expresaban la fenomenología de la vida,se conviertan en fuente de legitimación de los símbolos de la esclavitud y de la guerra.

La antropóloga Martha Moia, con su preciosa metáfora
de la urdimbre y la trama de las telas, ha hecho una
descripción precisa de cómo eran los grupos humanos
en todas las culturas y civilizaciones previas al patriarcado,
señalando su universalidad; es decir que en todas partes
los grupos humanos se organizaban de la misma manera;
no en cumplimiento de ley o de religión alguna,
evidentemente, sino porque todos los grupos humanos
se formaban según el sistema libidinal de cooperación que en condiciones normales rige las relaciones humanas. 

Casilda Rodrigáñez.

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