En la última década el uso de redes sociales se ha catapultado, y en el caso de Estados Unidos el 43% de la población califica como un "constant checker", es decir, personas que revisan compulsivamente, o al menos con una frecuencia insana, sus correos, chats o cuentas en redes. Estas personas evidenciaron niveles de estrés 20% superiores al resto de la población (5.3 en comparación con el 4.4 promedio).
El punto es que este aumento significativo de estrés se manifiesta de múltiples y poco deseables maneras, entre ellas niveles más altos de depresión, incontables problemas de salud a nivel físico y conductas nocivas que afectan el tejido social, las relaciones interpersonales y, en pocas palabras, la mente y salud colectivas.
El antídoto es tan obvio como impopular: desconectarse cada vez más, hacer tiempos durante el día, semana o mes para estar completamente desconectados y, mientras usamos nuestros numerosos canales de "interacción" a distancia, dedicar un instante a observar lo que esta actividad nos genera para luego regular nuestra experiencia.
Pijamasurf.
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