viernes, 31 de marzo de 2017
NOTA INFORMATIVA.
En UCLA (University of California Los Ángeles) se han realizado numerosos estudios que demuestran cómo la práctica regular de la meditación o el mindfulness ayuda a mejorar la salud mental y la neurosis en el día a día, reduciendo los síntomas de angustia, estrés y otros rasgos de trastornos psicológicos. De alguna manera la práctica “formal” de ambas disciplinas ayuda a desmantelar las creencias irracionales del Ego.
Es como si se tuvieran lentes que agradan los objetos a la vista, y mediante la meditación o mindfulness fuésemos capaces de usar las lentes más adecuadas y realistas según nuestras necesidades.
Para poder lograr ese cambio, es indispensable tomar consciencia de lo más básico: el cuerpo mediante sus olores, sensaciones, respiraciones, ritmos… Se desarrollará así el sentido de la quietud, facilitando el contacto con la tierra y la simplicidad de nuestro alrededor.
Es como si se preparara el camino dedicado al trabajo interno mediante la toma de consciencia de las sensaciones corporales, y que así, lentamente, pueda emerger la vida como un Todo.
El objetivo es cultivar estos destellos de consciencia en el día a día, recreando la práctica en la cotidianidad. La recolección de toma de consciencia es una experiencia incondicional: una sensación indescriptible y que se queda en la memoria tanto del cuerpo como de la mente. Es el momento para investigar a profundidad al ser en su totalidad: conocer y comprender realmente cómo se es en esencia. En otras palabras, es aprender a tocar esa parte que siente en el aquí y ahora, liberando lo que es innecesario o inútil, así como las creencias irracionales.
Esta constancia alterará la reacción en cadena del proceso mental y de la red neurológica relacionada con el torbellino de confusión, logrando diferenciar entre lo que sucede en la realidad y las creencias irracionales, así como adquirir seguridad en la toma de consciencia y las decisiones.
Es decir, que mediante las acciones del presente se crean las actitudes positivas del futuro; como si el enfoque del “aquí y el ahora” redujera la cantidad y calidad de estas creencias irracionales que causan miedo o bloqueos creativos.
La clave es ponerlo en práctica como si fuese una disciplina en el trabajo o la actividad diaria.
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