No hay nada mejor que dejar a la Humanidad sola; no hay nada peor que gobernar a la Humanidad. Todas la formas de gobierno son erróneas.
Los reformadores sociales suben a las tribunas públicas y predican desde allí el remedio de los males que ellos y sus sistemas han causado.
¡Pobres reformadores sociales! No conocen la vergüenza ni saben lo que es ruborizarse.
Así como los mosquitos se preocupan con sus zumbidos en mantener a los hombres despiertos toda la noche, conduciéndoles poco a poco a la locura, así esas charlas sobre la caridad y el deber de un semejante para con otros nos llevan al mismo desequilibrio nervioso.
Procurad que el mundo conserve su propia simplicidad original y, lo mismo que el viento sopla
hacia donde quiere, dejad que la Virtud se establezca por sí misma. ¿Por qué esta excesiva energía?
Chuang Tzu.
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