Un espantoso engendro surgirá de la tierra, una raza de monstruos cuyas características estarán entre lo mineral y lo vegetal, una especie de autómatas con una inmensa e intensa inteligencia. Este movimiento se extenderá por toda la tierra y la cubrirá como si fuera una red, una telaraña de terribles arañas, de increíble sagacidad, pero cuyo organismo ni siquiera estará al nivel de la planta.
Todos los pensamientos irreales fabricados por el hombre se convertirán en seres. La tierra se bañará, como en una atmósfera hecha de langostas que a veces cruzan el cielo, en una red de esas espantosas arañas mineral-vegetales que pulularán sobre ella, con maravillosa inteligencia y mucha malicia.El hombre tendrá que continuar su vida en medio de estas criaturas dentro de una evolución que habrá admitido su presencia.
Nuestro desarrollo humano terrenal no puede seguir envuelto en el secreto. Sean cuales sean las oposiciones de los adversarios, hay que decir las cosas. No se trata, en efecto, de una cuestión de simpatía o antipatía, sino de algo que afecta a toda la organización del cosmos. Se trata de saber si la humanidad quiere instruirse progresivamente en lo que le aportan los buenos espíritus del universo y tratar de vincularse a ellos, o si quiere buscar su existencia futura en la inextricable red de hilos tejida por sus propios pensamientos sombríos.
Hoy ya no basta con mostrar la necesidad del conocimiento espiritual mediante fórmulas abstractas; es necesario mostrar que los pensamientos se convierten en realidades.
Está surgiendo una amenaza, es la voluntad de expulsar al ser humano de lo espiritual y atarlo a la monstruosa tela de araña.
La ruina de la humanidad será provocada por la falta de moralidad. La raza lemuriana pereció por el fuego, la raza atlante por el agua; la nuestra perecerá por la guerra de todos contra todos, por el Mal, por la lucha de los hombres entre sí. Los hombres se aniquilarán en la lucha de unos contra otros.
Esta guerra se desencadenará de la manera más terrible y esto será el motivo de la aniquilación de nuestra humanidad.
Sin embargo, una pequeña tropa logrará pasar. Esta pequeña tropa se habrá desarrollado hasta el punto de un altruismo total y se protegerá de una manera que no se puede expresar.
Rudolf Steiner.
Sin embargo, una pequeña tropa logrará pasar. Esta pequeña tropa se habrá desarrollado hasta el punto de un altruismo total y se protegerá de una manera que no se puede expresar.
Rudolf Steiner.
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