jueves, 3 de noviembre de 2016

ACTUALIZACIÓN.


Muchos prestigiosos filósofos, como el chileno José Ingenieros, han venido utilizando el calificativo de mediocracias para definir a las élites de hoy. 
Las élites dejan de ser aristocracias y se convierten en mediocracias cuando a esta posición ascienden espíritus mediocres, más preocupados por su supervivencia que por la heroicidad, más por lo cuantitativo que por lo cualitativo. Todo esto suele ocurrir cuando aquellos que deberían ser las verdaderas élites renuncian a desempeñar su papel de élites, lo cual, a su vez, se retroalimenta por la incapacidad de las masas para valorar los méritos de quienes realmente deberían convertirse en sus élites. 

El triunfo de los espíritus resentidos y el sometimiento de las multitudes a su voluntad suelen ser los síntomas más inequívocos del inminente ocaso de una civilización. A una civilización que odia la vida, no le puede esperar otro destino que el suicidio.

Conspiración abierta

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