Reiteradamente se ha
mostrado que trabajar jornadas de 8 o más horas reduce la productividad. Sin embargo seguimos exigiendo horas extras pensando que esto hará que mejore una empresa o un proyecto laboral.
La
calidad por sobre la cantidad, nos dice el sentido común humanista: Son
preferibles pocos momentos, pero lúcidos e intensos, que muchos pero
dispersos y ofuscados. Sin embargo, en el ámbito laboral, un poco por la
ceguera de la ambición, generalmente prevalece la cantidad sobre la
calidad.
La práctica oficinista parece considerar que es mejor tener a los
empleados hacinados en sus áreas de trabajo no haciendo nada o a medio
gas en estado zombie, que darles libertad y fomentar la
concentración.
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