sábado, 30 de junio de 2012

AZARES.

Era un personaje raro,temido y considerable;se llamaba Charles Maurice de Talleyrand-Périgord,era listo como Maquiavelo,cura como Gondi,excomulgado como Fouché,ingenioso como Voltaire y cojo como el diablo.

Durante cuarenta años,desde su palacio y desde el fondo de su pensamiento había dirigido Europa.
Había conocido,observado, penetrado,conmovido,
revuelto,profundizado,fecundado, burlado a todos los hombres de su tiempo y las ideas de su siglo.
 Hubo en su vida minutos en los que tuvo en su mano los cuatro o cinco hilos formidables que  movían el universo civilizado;usó como marioneta a  Napoleón I. Decía de sí mismo que había escrito una trilogía en tres dinastías:acto primero,el imperio de Bonaparte;acto segundo, la casa de Borbón;acto tercero,la casa de Orleans.

En ese palacio,como una araña en su tela,había atraído y capturado héroes,pensadores,grandes hombres,reyes, 
príncipes, emperadores,Bonaparte,Sieyés,Madame deStäel, Chateaubriand, Benjamin Constant,Alejandro de Rusia, Guillermo de Prusia,Francisco de Austria,Luís XVIII,Luís Felipe...

Pues bien,antes de ayer,17 de Mayo de 1838,falleció este hombre.Vinieron médicos a embalsamarlo.Para eso,al modo egipcio,retiraron las entrañas del vientre y el cerebro del cráneo.Hecho lo cual,tras convertir al príncipe de Talleyrand en una momia encerrada en un ataúd de satén blanco,se retiraron dejando el cerebro sobre una mesa,ese cerebro que había inspirado a tantos,conducido dos revoluciones,engañado a veinte reyes,controlado el mundo.


Salidos los médicos,entró un criado y vió lo que habían dejado: "¡Vaya!,se han olvidado esto,¿qué hacer?".Se acordó de que había una alcantarilla en la calle,allá fue,y arrojó el cerebro a la cloaca.


Victor Hugo.Cosas vistas.

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