(Historia de Fantasmas)
-SORTILEGIO-
Venus Aphrodita se desperezó sin abrir los ojos y tras un largo
y bien modulado mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm........
recitó la frase ritual:
"Ha llegado mi hora y con ella la de todos vosotros,
sombras anhelantes y tiernas,hijos consentidos de antiguos devaneos,
dioses escurridizos y caprichosos, entidades amorfas,
seres viejos y olvidados,queridos míos...
gozad,gozad si podéis pues la eternidad es corta y previsible,
y mi reino ya ha empezado a terminar".
Esto dijo,y moviéndose lánguida,suavemente,palmeó una,dos, tres veces...
A continuación despojóse de sus vestiduras todas y lanzóse al mar.
Al recibirla,el agua comenzó a despedir reflejos,luces y sombras
sobre el mar interminable se fundieron,cambiantes,
condensándose en distintos lugares en formas
cada vez más sólidas y visibles.
Al poco tiempo,una multitud de figuras,pálidas y solemnes,
llenaban el aire sobre la ondulante superficie del agua
bendita y abisal.
¡ALTAGOR!.
Una figura se hundió en el agua.
¡MÖER!. Otra.
¡SIPERAT!. Y otra.
¡MNÉ!. Y otra más.
A medida que pronunciaban su nombre,
las apariciones iban sembrando el mar
con flores de espuma que desaparecian una tras otra.
¡SHILA! ¡BATOOL! ¡VÉLOX! ¡AKNE! ¡MAEBR! ¡AKEVOI! ¡ELFOR!
¡SURGEINN! ¡ANTANHA! ¡FI-ILA! ¡GEL-TI-ZHÚ! ¡JEHVOE! ¡SINSABORG!
¡MSBILT! ¡MIRATÚ! ¡NATAEL! ¡TAZMAG! ¡LOMNAMOL! ¡ALGARABIAH!
¡TOLBRUT! ¡IÉ! ¡RAM! ¡GAEN! ¡ABRAKAIMN! ¡EEOORNN! ¡TANATAIT!
¡TIMANES! ¡FELPHIT! ¡PETREDUR! ¡RO-OKFELÉ! ¡PORAQUÍ!
¡CULHEBRON! ¡SHÍNPODE! ¡SOË! ¡CARIGNON! ¡YÓ! ¡EANIL! ¡ACHISS!
¡NAIFTH! ¡PIPSONIA! ¡JÜLEP! ¡AHL-BARIKOK! ¡KANTAVIEN! ¡AËöFLNN!
¡AITO-SÏ! ¡KEHT! ¡KOT! ¡ALEHOP! ¡BL! ...
...Y así días y días,sin descanso, como un reloj arrancando lágrimas al tiempo.
Cuando por fin se apagó el último eco,todo quedó quieto,inmóvil...
Ningún sonido,ningún movimiento,ninguna sombra de actividad,nada.
El cielo y el mar,el mar y el cielo,solos y ensimismados,
reflejándose mutuamente,
idénticos y enfrentados.
....Así empezo la era de los dioses locos.
-SUEÑOS-
Olvidados en el fondo del mar,los dioses soñaban.
Sus sueños eran vagas estelas sin rumbo ni destino,
fantasmas que no alcanzaban a insinuar ni una sombra de sustancia,
pues eran el olvido mismo transformado en sueños.
Pero eran tenaces.
Una y otra vez,siglo tras siglo,vagaban y volvían a vagar
por la estela de sus primeros errabundeos hasta formar una ilusión de camino,
un espacio privilegiado formado por las huellas de los innumerables sueños
que iban y venían ignorantes e ignorados,
repitiendo las sendas que una vez,y mil más,habían recorrido;
formándose así cauces y caminos
lugares y geografías.
Y todo esto no era más que el susurro infinitamente repetido de infinitos sueños
que tenían el olvido como matriz y fundamento.
Así se afirmaban,se hacían más y más consistentes,
de tal manera que una vez salidos del olvido se resistían a volver a él,
pues,aunque sólo para ellos,su existencia se había hecho necesaria.
-SOSPECHAS-
¡A crear!.¡A crear!...
Los dioses gritaban y gritaban,exaltados e idiotas,
ávidos de dar forma a sus divinos instintos desatados.
Nada ni nadie parecía escuchar sus voces que,nuevas e impotentes,
se perdieron en la realidad sin forma,
desvaneciéndose nada más salir de las juveniles fauces de los ignorantes dioses desvelados.
Sin embargo,algún destello de realidad difusa surgía ante ellos de vez en cuándo,
como una visión,aunque ninguno reconocía en ella sus deseos satisfechos.
Creaban,sí,pero sin pauta ni control,aunque también sin malicia,como habían de hacer más tarde, ya endiosados.
A pesar de todo,una vaga sensación de reconocimiento crecía y crecía,
como en los instantes que preceden a una revelación.
Las figuras tomaban formas familiares y,puesto que todos se conocían,
al igual que en un pequeño pueblo,podían afirmar: ¡mirad!,¡mirad!,¡se parece a Fulano¡
Y así era,en efecto.
Cada nuevo descubrimiento llevaba la firma inconfundible de alguno de ellos.
-¡Pero si Yo no he sido!.Afirmaba el responsable.
-Pues está claro-decía alguno con cara de entendido-.
Así,todos fueron encontrandose con obras que le pertenecían sin duda alguna,
pero en las que no había intervenido para nada su divina voluntad.
¿Por qué,entonces,aquella epidemia de reflejos?.
Tras varios siglos de perplejidad,una especie de sospecha.
Todas las cosas que habían ido apareciendo se relacionaban con alguno de los sueños
previos al despertar de los nuevos dioses.
A partir de ahí pudieron descubrir lo que había pasado.
No habían podido crear a voluntad,sin embargo,sus sueños habían sido
más hábiles que ellos y habían descubierto por sí solos el camino hacia la existencia.
Durante los milenios que siguieron,los dioses investigaron sin cesar
el camino que los sueños habían seguido,pues ya tenían la seguridad
de que pasaba a través de ellos mismos.
Y en algún momento,empezaron a crear.Todos creaban y lo hacían como si nada,
no sentían ya aquella exaltación con la que empezaron y que los había hecho gritar
como demonios:
-¡A crear!.¡A crear!.
-JUEGOS-
Los dioses jugaban sin parar, como indomables cachorros,como oseznos,
como leoncillos,como polluelos,como pequeñas hienas.
Se divertían y por eso jugaban.Jugaban y por eso se divertían.
Así fueron aprendiendo tramas y ardides,verdades y engaños,
y también fueron descubriendo su poder y el poder de los demás,
cosa que a más de uno no le agradó demasiado.
Pero seguían jugando y su juego se reflejaba en las creaciones
que aparecían y desaparecían por ensalmo múltiples y variadas,
formando figuras de ocultos significados que ni ellos mismos sabían descifrar.
Pero seguían jugando.
De pronto,un gran estruendo alborotó las divinas cabezas aureoladas
de los despreocupados dioses juguetones,y todos a una coincidieron por última vez
en los designios de sus inefables existencias.
-¿Qué ocurre...?.
Y todos miraron sin ojos y comprendieron sin pensamientos,
y todos también sintieron el frío negro del temor aparecer en sus entrañas
benditas y abismales;y todos,por fin,descubrieron el principio
de lo que no se debe conocer.
Dos dioses luchaban.
Mundos enteros caían y se levantaban transformados en armas.
Existencias aún temblorosas abortaban con estrépito nunca visto
y oscuras presencias enfrentaban sus fuerzas con una obcecación
que ya era casi odio.Todo temblaba.
-¡Basta!.¡Basta!.
Desasosegados e incrédulos,los dioses crepitaban en sus altares.
Espasmos de incandescencia asaltaban una y otra vez a sus adoradores
como a marionetas bajo un vendaval de fuegos y tormentas,
reflejando el eco de la perplejidad que reinaba en las alturas.
Y es que,por primera vez,los dioses no sabían qué hacer ni qué decir.
Solamente miraban alelados la posibilidad de un futuro tenebroso.
-CAPRICHOS-
Los dioses admiraban las obras de sus manos.
Se las mostraban unos a otros con gesto satisfecho y la emoción reflejada
en sus ojos abismales y en todo su divino semblante.
Al principio eran obras pequeñas,como si tuvieran miedo de acometer grandes tareas
o estuvieran tanteando su poder;pero,de pronto,algunos de los más decididos
empezaron a crear mundos espectaculares y magníficos,
dignos en verdad de dioses desbocados.
La fiebre se extendió y todos sin excepción se sumaron a la moda.
Su única ley era la desmesura,la enormidad o lo titánico
manifestándose por todas partes como un canto a lo ilimitado.
Surgieron grandes montañas cuya presencia imponente parecía estar hecha
sólo para seres gigantescos e indescriptibles;mares enormes,casi infinitos,
hechos para perderse en ellos como en un sueño líquido y sin fronteras;
soles descomunales que llenaban el firmamento con su presencia avasalladora,
mundos inmensos para ser habitados por seres inmensos...
titanes en un universo de titanes.
Fué el tiempo de los héroes y los gigantes,de las grandes gestas locas y desenfrenadas
que dieron origen a epopeyas memorables y fieros enfrentamientos,odios y amores
en lucha con el destino,el caos o el universo entero.
Tan enormes fueron las creaciones,tan sin medida,que llegaron a enfrentarse
a los propios dioses,sus dueños y creadores.
Fué así como los divinos hacedores hubieron de oponerse a su obra,
que amenazaba con superarlos en poder y atrevimiento.
Fué también la lucha más colosal que conocieron los siglos.
Muchos dioses inmortales se vieron derrotados,humillados y rotos,
mientras otros muchos quedaron reducidos a simples piltrafas,
obligados a vagar por el universo y los siglos como presencias tristes o perversas,
arrancando de aquí y de allí unas briznas de poder marchito,de compasión,
de adoración burlona y degradante.
Sus nombres,arrastrados por el fango,quedaron marcados para siempre
como sinónimo de obscenidad,insulto y maledicencia:
Me´ekauen,Joée,Heliposha,Mmier-dá,Marry-Kä,Da/phorkul...
Los dioses que sobrevivieron,aterrorizados y cautos,tardaron milenios en recobrarse,
dejandomientras tanto los mundos a su suerte.Pero desde entonces
midieron bien sus actos,pues aunque victoriosos e inmaculados en su divina esencia,
habían aprendido una lección que ya nunca se atreverían a olvidar.
-GOCE-
¡Gozad!,¡gozad!...
Los dioses gozaban.Sin tregua ni descanso,gozaban.Puesto que todos eran dioses,gozaban.
Sin orden ni concierto,gozaban.Sin freno ni limitaciones,sin miedo,con devoción,con gusto,
gozaban...no hacían otra cosa que gozar.
Gozaron largo tiempo.Fué la época del goce. Los mundos solían ser alados y graciosos,
estupendos;y es esta época la que recuerdan muchos de los mundos de todos los tiempos
y que generalmente cantan y añoran; o buscan,o a veces encuentran,según parece.
Los dioses se lo pasaban bien.Es lo menos que puede decirse.Iban y venían,
saludándose y
gastándose bromas (o fingiendo secretos,eso sólo la sabían ellos y ellos).
Y así,entre bromas y veras,se deslizaban por la existencia sin más ni más,
despreocupados y amigos, cómplices y compañeros.
-EXCESOS-
Los dioses bebían.Bebían y se drogaban y cometían toda clase de excesos.
Alegremente,castigaban su cuerpo perfecto y su espíritu inmaculado y,con ellos,
castigaban al universo entero que sufría sus arrebatos sin saber de dónde procedían.
Surgieron mundos de pacotilla,de ensueños,alucinados y felices;
mundos de luces y de vientos,de fuegos y aventuras.
Mundos simples y enrevesados,variados y multicolores;cambiantes,llenos de fuerza
y apasionamiento,entregados a la vida y al desmadre.
Mundos puros,impuros,tullidos y escatomorfos.
Fué la época de mayor acercamiento entre los dioses y sus creaciones.
Podían hablar entre sí y entregarse a toda clase de relaciones sin trabas ni malos rollos.
Desenfrenados ya,fuera del tiempo y también fuera de sí,se olvidaron de lo que eran
y de lo que habían sido.Comían y bebían y dormían y se drogaban,
pero no distinguían una cosa de otra,pues todo era estupendo,descabellado,irresistible.
Creyeron que su reino se había instaurado para siempre y se reían de la eternidad,
convencidos de tenerla ya para siempre a su servicio.
Nunca como entonces la risa de los dioses se mostró con toda la magnificencia de una
hilaridad total e inmotivada.Reían de punta a punta de sus sagradísimas existencias
y su risa lo llenaba todo,lo atravesaba todo,lo hacía todo.
El universo,y con él sus criaturas,se sumaba a las risas que,como leves e indecorosas uñas
hacía sagradas cosquillas a cualquier cosa que se pudiera cruzarse en su carcajeante camino.
Muchos dioses,y también muchos mortales y criaturas de todo tipo
se quedaron para siempre en este mundo propicio al trance y al olvido.
Muchos,agotados,han deseado salir de él sinconseguirlo.
Otros muchos ni siquiera se lo plantean y siguen en él,
felices y prisioneros hasta el fin de los tiempos.
-ENREDOS-
Ávidos y codiciosos,los dioses se engañaban.No acudían ya a la fuerza bruta,
sino a otras artes más sinuosas,si bien menos espectaculares:
los acuerdos,las traiciones,las palabras envenenadas,los obsequios,las dobleces,
la mentira...
Eran armas potentes en sus manos.Infinidad de mundos contrahechos,sin ilusión,
sin futuro,vagaban por espacios olvidados,llenos de noche y penumbras.
Los más afortunados intuían el sol,pero nada más.Herederos de las trifulcas
entre los dioses,eran la viva imagen de la confusión.Sólo aparentaban vivir.
Los dioses,mientras tanto,seguían con sus manejos.Ninguno se imponía sobre los demás,
ninguno quedaba por debajo;todos seguían el mismo juego y,sin darse cuenta,
todos perdían.
Tras unos miles de milenios,agotados y marchitos,los dioses reposaron
de su enredo milenario y volvieron a vivir como antaño.
Pero se habían vuelto más cautos,más desconfiados.Cada uno se dedicó a lo suyo y,
aunque todos lo sabían,ninguno se atrevía a reconocer que su juventud
había pasado y que,sin saber cómo ni cuando,la vejez había entrado en su reino.
Chocheaban.
-DESVARÍOS-
Los dioses desvariaban.Su habitual locura,nacida de la inocencia y el desenfado,
surgía ahorade la decepción y el miedo,de una importencia perversa y concentrada.
Mundos babosos y espeluznantes hicieron su aparición secreta,malignamente.
Las sombras se convirtieron en formas confusas y poderosas que crecían y crecían.
Y crecían.Los dioses perturbados maquinaban planes cuyo sólo nombre daba espanto.
"No deseamos ser dioses,seremos pues,demonios",sentenciaban en su extravío.
Así adquirieron formas malévolas y asquerosas,dando nacimiento a mundos
cuyo único objetivo era rendirles culto de forma repugnante.
Atraídos por el abismo recién descubierto de su locura,se regocijaban en ella
como bestiasen un lodazal.
Nunca los dioses fueron tan imaginativamente creadores como entonces.
Con tal de extender sus desvaríos no se detenían ante nada ni ante nadie.
Luchas memorables y memorables traiciones tuvieron lugar en los cielos
y en las tierras,de tal manera que todo se volvió tenebroso e inseguro.
El mínimo gesto,el pensamiento más inocente,podía dar origen a catástrofes
en las que se perdía mucho más que la vida.
En la exasperación de su locura,los dioses encontraron la forma de extender
su malignidad a todas las épocas y a todas las existencias;y es así como,según se dice,
todos los vivientes de todos los tiempos sufren las consecuencias de esta sinrazón divina,guardando en su interior,como un tesoro de podredumbre,
la insana fuerza de la era más negra y nefasta que los dioses han conocido.
Mucho después,cuando los dioses descubrieron la eternidad,
intentaron eliminar esta mancha,pero fué imposible aún para ellos
que todo lo pueden.
Sin embargo,y a modo de reparación,lograron extender también a todos los seres,
no sólo su reconquistada cordura,sino también todas las eras que habían vivido,
buenas,malas y regulares,formándolos así a su imagen y semejanza
como un reflejo efímero y temporal de sus propias metamorfosis.
-DANZA-
Despacio al principio,como temiendo caerse al abismo
que recordaban como un mal sueño,
los dioses bailaban.
Lentamente,con seguridad,aceleraban sus movimientos y reían.
Reían y la risa también formaba parte de la danza.
Era una risa alegre,juvenil,remozada,
como si con ella se fueran quitando de encima toda la pesada carga
de su maltrecha divinidad herida
y quedase solamente la alegría del movimiento,
la cualidad hipnótica del baile.
Se movían por los espacios que una vez,en sueños antiguos,
recorrieron una y mil veces,
pero ahora lo hacían conjuntamente con sus divinos cuerpos en vigilia.
Sentían la armonía deslizándose por todas partes,como pez en el agua,
y así bailaban nadando en el amplio oceáno de los espacios increados.
Cada vez más deprisa,cada vez más confundidos con el baile,
bailaban los dioses encantados.
Eran mundos felices los que entonces crearon.
Mundos ajustados,precisos,silenciosos,flexibles y bien formados.
Mundos de ensueño e imaginación,de fantasía móvil,de acordes,de armonías.
El baile se extendió por los universos y adquirió proporciones gigantescas,totales.
Se multiplicó en ritmos y melodías distintos y contradictorios y,sin embargo,armónicos.
Unos más,otros menos,unos lentos como las mareas,otros rápidos como explosiones derramándose en la noche y transformándola en luz incandescente y frenética,
todos bailaban y bailaban cada vez más entregados.
Bailaron largo tiempo;tanto,que se perdieron en el baile y llegó un momento
en el que el tiempo mismo no era tiempo,sino baile, y bailaba con ellos
como si fuera lo único que habían hecho y seguirían haciendo por los siglos de los siglos
en sus para siempre benditas existencias.
-OCASO-
Cansados y satisfechos,los dioses hablaban entre ellos.Recordaban.
Su memoria llegaba lejos,a los tiempos en que nada estaba hecho,
y más lejos aún,antes de sus primeros sueños,antes incluso de su propio nacimiento.
Recordaban el principio del tiempo y su memoria llegaba aún más allá,
allí donde ya no había nada para recordar.Pero eran dioses y podían hacerlo.
Los recuerdos de los dioses,aunque precisos,son móviles y cambiantes.
Por eso recordaban,no sólo lo que habían sido,sino también lo que no habían sido,
lo posible y lo imposible;lo probable,lo inevitable,lo inverosímil;todo.
Así descansaban,recordando y recreándose en el recuerdo.
Crearon mundos antiguos,mundos en los que lo que debía suceder había sucedido
hacía ya muchos siglos;mundos dedicados a cantar gestas antediluvianas
e historias sin tiempo,tan antiguas eran.
Crearon también mundos sosegados y serenos,inmóviles como la eternidad y,
como ella,completos,perfectos y perpetuos.
Los dioses inmutables,ensimismados,fueron abandonando su intemporal tertulia
sumergiéndoseen el silencio.Luego,lentamente,enhebraron en el aire su otro nombre,
el que sólo conoce cada uno,y se disolvieron hasta desaparecer confundidos en la niebla crepuscular,en los claroscuros del mar inmenso y silencioso.
-EPÍLOGO-
Así acabó el ciclo de los dioses locos,cuerdos,banales e insensatos,
tras haber alborotado el vacío con su inefable presencia durante un breve parpadeo,
un instante feliz,completo y solitario,arrancado a la eternidad por un sueño sin soñador,
una ilusión,un fantasma,una quimera.
-FIN-
Venus Aphrodita bostezó suave,lánguidamente y,sin abrir los ojos,
enhebró su otro nombre.
Suavemente,como respondiendo a un hechizo,
la niebla se dispersó y con ella la propia diosa,perfecta y encantada.
Todo quedó quieto,inmóvil.
Sólos el cielo y el mar,el mar y el cielo,reflejándose mutuamente
idénticos y ensimismados,ausentes.
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