lunes, 5 de noviembre de 2012

VIPASSANA.



No dirijas la respiración, déjala fluir con naturalidad por la nariz, con la boca cerrada. 

Observa como se produce este proceso sin intervenir en absoluto. 

Observa cuando te llenas y cuando te vacías, cuando entra el aire rozando las aletas de la nariz y cuando sale algo más caliente. 

Nota si tu respiración es larga o corta, agitada o relajada, profunda o superficial. 

Intenta percibir ese instante de quietud en el que la inhalación llega a su fin y a la quietud antes de convertirse en exhalación. 

En ese punto de equilibrio cuando la inhalación concluye para convertirse en exhalación o cuando ésta termina para convertirse en inhalación, es cuando todo se serena y encuentras la vivencia de tu ser.




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