La responsabilidad de la deuda estatal es de quien la ha gestionado y contraído en beneficio propio, no de la sociedad.
La magnitud de la deuda estatal es responsabilidad de los que se han beneficiado de la misma a partes iguales: clase política, empresarial y banqueros, a ellos corresponde pagarla y asumirla.
La sociedad no ha decidido nada ni se ha beneficiado de nada, todo lo contrario, es nuestra ruina, hemos sido obligados a pagarla y a sufrirla con el paro forzoso y la pobreza, con una injusta distribución de la renta y una pérdida de los derechos sociales, laborales, sanitarios, educaciones, culturales y económicos.
Todo ello constituye la estafa política del coste del Poder basado en la ruina social de la población trabajadora. Estafa política de toda la clase política que con engaños y mentiras de sus programas electorales se mantiene en el Poder en beneficio propio utilizando todos los recursos estatales a su alcance, gestionados caprichosa, arbitraria, delirante y desastrosamente con la única finalidad de conseguir esos votos para seguir en el Poder, enriquecerse personalmente, y alimentar esa banalidad estúpida del ejercicio del Poder.
Esto constituye el coste del Poder que se convierte para la sociedad en la ruina social.
El principio de la responsabilidad personal e intransferible está reconocido por su propia Constitución, de 1978; que se aplique. Que paguen las deudas quienes las hayan contraído, no la sociedad.
Ya es hora de que la separación estado / sociedad sea una realidad, que no se confunda más a la sociedad con el estado. El estado es la ruina de la sociedad.
Y es cuando estaríamos hablando de la sociedad sin estado, sobre todo de ese maravilloso libro de Pierre Clastres, La sociedad contra el Estado.
Jose Velasco.
Cuando en la sociedad primitiva lo económico puede ser considerado como campo autónomo y definido, cuando la actividad de producción se convierte en trabajo alienado, contabilizado e impuesto por los que se aprovechan de los frutos de este trabajo, es que la sociedad ya no es primitiva, se ha convertido en una sociedad dividida en dominadores y dominados, en dueños y sujetos, es que ha dejado de exorcizar lo que está destinado a matarla: el poder y el respeto al poder.
La mayor división de la sociedad, la que fundamenta todas las demás, incluida sin duda la división del trabajo, es la nueva disposición vertical entre la base y la cúspide, es la gran ruptura política entre detentadores de la fuerza, sea ésta guerrera o religiosa, y sometidos a esta fuerza.
La relación política de poder precede y fundamenta la relación económica de explotación. Antes de que sea económica, la alienación es política, el poder es anterior al trabajo, lo económico es una derivación de lo político, el surgimiento del Estado determina la aparición de las clases.
Pierre Clastres. La sociedad contra el Estado.
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