martes, 13 de marzo de 2018

GANADERÍA.


Las teorías de Leo Strauss pueden resumirse en una premisa básica y tres líneas de acción para lograr los objetivos. 

Su premisa básica es: 
Por derecho natural, los fuertes deben gobernar a los débiles.

Sus tres líneas de acción representan una verdadera metodología para lograr objetivos de dominio a través de la globalización. 
Éstas han sido y siguen siendo las siguientes: 

A.- Dado que no existen verdades absolutas, sino sólo relativas, es necesario que los gobiernos mientan. 

Los gobiernos deben dar a la población a través de la prensa sólo un mínimo indispensable de información fidedigna, pues en general, no cabe otra opción que la mentira y el engaño, a fin de mantener lo más monolíticamente posible la fe de las masas en un futuro mejor y en una escala de valores. 
La mentira y el engaño deben ser las armas para impedir toda posibilidad de escepticismo por parte de las masas, porque eso podría llevar a la anarquía.

B.- Contrariamente a lo que establece la mayoría de las constituciones democráticas en lo que respecta a la necesidad de separar el Estado de la Iglesia, Strauss pensaba que la fe religiosa y las invocaciones a un dios todopoderoso ayudan en buena medida a que ese escepticismo o nihilismo se reduzca a un mínimo posible. 

La religión entonces, cualquiera que sea, es una potente arma de dominio, al igual que la mentira y el engaño, para dirigir al pueblo tras un líder y tras la clase dominante que debe gobernar un país por "derecho natural". 

C.- La base de cualquier Estado y de cualquier gobierno es la existencia de un enemigo. 

La lucha contra un enemigo común sirve para aglutinar más a las masas. 
Un peligroso enemigo externo muchas veces aparece de manera espontánea o imprevisible, pero según Strauss y los políticos influidos por él, si ese enemigo no existe es necesario crearlo. Si no hay uno a mano, éste debe ser fabricado, porque sin un enemigo
poderoso se corre el riesgo de que se den las condiciones para que aparezcan importantes niveles de disensión  interna que pongan en riesgo la dirección del Estado y el dominio de un país por los "elegidos" a través del derecho natural, o sea, los más fuertes. 

Obviamente es necesario entender que en un régimen capitalista global, los más fuertes no son otros que los más ricos.

Walter Grazziano. Nadie vio Matrix.


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