martes, 27 de marzo de 2018

GANADERÍAS.


Trato de imaginar nuevos rasgos con los que el despotismo puede aparecer en el mundo. Veo una multitud de hombres dando vueltas constantemente en busca de placeres mezquinos y banales con que saciar su alma. Cada uno de ellos, encerrado en sí mismo, es inconsciente del destino del resto. 
Sobre esta humanidad se cierne un inmenso poder, absoluto, responsable de asegurar el disfrute. Esta autoridad se parece en muchos rasgos a la paterna pero, en lugar de preparar para la madurez, trata de mantener al ciudadano en una infancia perpetua.

Alexis de Tocqueville.




El poder del dinero es un parásito de la nación en tiempos de paz, y conspira contra ella en tiempos de guerra. Es más despótico que las monarquías, más insolente que las autocracias y más egoísta que las burocracias. 

Veo en el corto plazo una crisis aproximándose que me inquieta y me hace temblar por el futuro de la nación: las corporaciones
han sido entronizadas, una era de corrupción en los más altos cargos le seguirá. El poder del dinero intentará prolongar su reinado trabajando entre los prejuicios del pueblo hasta que la riqueza sea acumulada por unas pocas manos y la república sea destruida.


Abraham Lincoln.




La "agenda global" de la ComisiónTrilateral y la del CFR (Council of Foreign Relations) coinciden en tres postulados básicos:

1. Establecer un único gobierno mundial, con poder global, a cargo de los dueños y principales directivos de las mega corporaciones.
2. Eliminar, en el largo plazo, las fronteras nacionales.
3. Incrementar el dominio de las Naciones Unidas.


La inscripción que figura en el billete de un dólar ("Novus Ordo Seculorum": Nuevo Orden de los Siglos), introducida a pedido de Franklin Delano Roosevelt no seria sólo un capricho de un presidente ni algo casual. El CFR estaría llevando a cabo una agenda predeterminada, en cuya precisa antigüedad los autores no se ponen de acuerdo.
Que buena parte de la historia en realidad esté muy influida de antemano puede sorprender al lector. Pero, si se lo piensa bien, no tiene nada de raro que los clanes más poderosos de la Tierra se hayan puesto como meta el dominio y control del mundo entero.

Después de todo, lo que a pequeña escala en la clase media de cualquier país es el deseo de que las nuevas generaciones superen a las anteriores, a gran escala, en la muy reducida élite que controla el petróleo, la banca, las armas, los laboratorios, los mega medios de comunicación y las principales universidades en Inglaterra y Estados Unidos, lo representa, como es natural, el dominio del mundo. 
Si se razona por esta línea, se verá que el aporte de cada generación de esta élite al proyecto y los logros personales de cada uno de sus miembros, puede observarse que cada uno contribuye a esa ambición de dominio global que los fundadores y patriarcas de unos pocos clanes han establecido como meta de larguísimo plazo para sus descendientes

Walter Graziano. Hitler ganó la guerra.




Los hijos de la élite, alrededor de 0.1%, iban a las escuelas llamadas "academias"',y se les enseñaba a pensar y ser independientes. Alrededor del 5,5% iba a las Realschulen, donde se les enseñaba parcialmente cómo pensar. El resto iba a las Volksschulen, donde se los inducía a ser un seguidor y un buen ciudadano.

Johann Fichte. Acerca del sistema de educación de Prusia.




El mundo se divide en tres categorías de personas: 
Un pequeñísimo número que hace que se produzcan los acontecimientos; un grupo un poco más importante que vigila su ejecución y asiste a su cumplimiento, y una vasta mayoría que jamás sabrá lo que en realidad ha acontecido.

Nicholas Murray Butler. Miembro del Council of Foreign Relations.


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