Nuestros parlamentarios, definitivamente, no saben, no pueden o no quieren legislar a favor del pueblo. Se limitan a obedecer a quien financia sus campañas electorales.
El objetivo buscado con la actual crisis económica (al igual que el buscado con otras crisis de tipo militar, ecológico o sanitario) es el de siempre: supeditar a los intereses de las minoritarias clases dominantes la vida de la inmensa mayoría de los seres humanos; y el método utilizado nuevamente es el de la “doctrina del shock”.
El ejercicio del poder y de la dominación es lo más pernicioso que puede existir para el pleno desarrollo de otras vidas. Obligar a un ser humano a someterse es como obligar a un árbol a truncar su crecimiento; como cortarle las alas a un pájaro.
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