Cepo eres tú, si bien disimulado,
tu cuerpo cepo y cepo tu mirada,
cepos también los labios y la cara
y cepo al fin, tu ser enamorado.
Cepo los brazos que hacia mí se lanzan,
cepo tu pelo, semejante a rejas,
suave cepo tu piel, y las orejas
dos cepos espirales que me arrastran.
Los cepos de tus piernas son morada
de otros cepos en los que me extravío,
y aunque enredado entre el mucho ceperío
de los cepos que me llegan en manada,
de tanto cepo no viene a quedar nada,
porque cepo eres tú, mas cepo mio.
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