viernes, 13 de enero de 2017
GANADERÍA.
He sido profesor de adolescentes en otros países y afirmo esto con fundamento: en los países occidentales, la presente generación de niños (0 a 20 años) mantiene los valores vitales a flote no gracias a sus padres (que trabajan más de 40 horas semanales fuera del hogar y han delegado su deber como padres al internet y a la carcelaria escuela), sino gracias a la generación de los abuelos (auténticas reservas de una funcionalidad familiar condenada a desaparecer).
Cuando esos abuelos mueran, los pocos chicos que van a ser padres en el futuro, no tendrán recursos espirituales, ni humanos, ni meramente económicos para educar a sus hijos. En una generación, será raro encontrar a un niño cuyos padres no sean divorciados, o separados, o ineptos, o enfermos, o se hayan vuelto afeminados o lesbianas.
En dos generaciones, no habrá ya ninguna referencia viva a un modelo nuclear social mínimamente saludable. En tres generaciones, esto que alguien llamó con desprecio “familia tradicional” habrá desaparecido.
Supongo que ahí el Establishment político podrá hacer de los niños perfectos ciudadanos globales.
Ibn Asad. El mundo feliz.
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