Los neuro-piratas son más conocidos bajo el término inglés de spin doctors, que designa a los profesionales de la "inversión" psicológica.
Un asesor de Barack Obama, el académico Cass Sunstein, habla de infiltración cognitiva para calificar esta forma de entrar en la mente de otro para hacerle cambiar sin que sea plenamente consciente.
Uno encuentra estos profesionales principalmente en los medios de comunicación, en el marketing, en la gestión, en la seguridad de sistemas, en la inteligencia y la política. Cuando el poder quiere fabricar nuestro consentimiento a algo intolerable, se ve obligado a avanzar enmascarado sabiendo que nuestro "consentimiento informado" nunca será concedido.
Cuando se trata de hacernos aceptar el recibir un microchip en el cuerpo como si fuéramos ganado, hay que hacer trampas necesariamente y presentar las cosas bajo un aspecto desdramatizado, inofensivo, e incluso lúdico y atractivo si es posible. Es el papel de la piratería del cerebro, en el sentido de que el neuro-pirata informático entrará sin ser detectado en la mente de alguien para modificar su programa informático mental y de comportamiento sin que se entere.
En Occidente estamos inmersos en ello, el poder está tratando de transformar definitivamente la naturaleza de los pueblos en el sentido de una artificialización y de una robotización crecientes, pero sin provocar reacciones de rechazo demasiado violentas, lo que lo conduce a proceder bajo el pretexto de los derechos humanos o de la lucha contra la "amenaza terrorista".
Lucien Cerise.
No hay comentarios:
Publicar un comentario