martes, 17 de enero de 2017
GANADERÍA.
Desde "Gouverner par le chaos", Lucien Cerise ha comprendido la clave del poder contemporáneo:
"La novedad del siglo XX reside en que se pasa de un control social a través del orden a un control social a través del desorden. El orden a partir del caos."
Subraya algo obvio, a pesar de que el pensamiento dominante tienda a obviarlo: que la historia de la humanidad ha sido mayoritariamente la de la instauración del orden. Y que el prestigio del cambio, del progreso, de la revolución, de la transformación, es de hecho una anomalía, inculcada por el mismo aparato de propaganda del sistema, fuertemente ideologizado.
La tradición, la continuidad, el orden, ha sido casi siempre la norma. El antitradicionalismo moderno es la anomalía.
Cerise comprende que el progreso capitalista no consiste en "adaptar el mercado al pueblo", sino al contrario en "adaptar el pueblo al mercado".
Aún se podría ir más lejos y decir que el objetivo último del capitalismo sería fusionar el pueblo y el mercado, esto es, transformar el ser humano en ganado cibernético.
La mercancía, el valor de cambio, la plusvalía, el dinero, son solo medios para un fin. El objetivo a largo plazo, creemos, es mercantilizar al humano. De ahí que la ingeniería social esté hoy en el centro de lo político, pero también de lo económico, en la medida en que en el capitalismo ambas dimensiones tienden a fundirse.
Y que en el hollycapitalismo la mercancía fundamental es el hombre.
Pedro Bustamante.
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