ACTUALIZACIONES.

La norma número uno del fascismo afirma:
El Pueblo es Perverso, el Individuo Malvado y el Estado Redentor.

Fascismo es:

1) Culto fanatizado por el Estado, al que se
presenta como El Bien y la Causa de Todo Bien.

2) Desprecio por el pueblo, al que se tiene por necio, ignorante y malvado.

3) Despersonalización del individuo.

4) Adoctrinamiento permanente que hace mofa de la libertad de conciencia.

5) Negación, legal o de facto, de la libertad de expresión.

6) Censura de las opiniones disidentes y persecución de los disidentes.

7) Desautorización de toda iniciativa popular
que no esté encuadrada y dirigida por los agentes del Estado.

8) Búsqueda de solución a todos los problemas sociales y ambientales por medio de medidas legislativas, intervenciones policiales, sanciones y castigos.

9) Imposición de la uniformidad en el pensar y actuar.

10) Culpar a la gente común de todo tipo de males y vicios, para justificar su represión.

11) Hacer confiar de manera ciega en los expertos, las autoridades y los técnicos, no en el sano sentido común y en la sabiduría popular.

12) Manipulación de la juventud, a la que se embarca acríticamente en causas más que dudosas, abusando de sus falta de experiencia.

13) Uso impune de la demagogia y las mentiras, que no pueden ser contestadas ni refutadas.

14) Organización de manifestaciones callejeras en las que el pueblo, degradado a populacho, marcha detrás de las autoridades.

15) Promoción de una pseudo-pluralidad que malamente tapa la rígida uniformidad y férreo monolitismo que el poder constituido impone.

16) Fvorecer el caudillismo, con la fabricación regular de jefes, “líderes” y santones.

17) Constitución de bandas y jaurías parapoliciales destinadas a la agresión de los disidentes y revolucionarios.

18) El miedo a opinar, a hablar, a decir lo que se piensa y a actuar en conciencia, cristaliza como estado de ánimo habitual.

19) Todo fascismo se proclama demagógicamente “anticapitalista”, también el ecofascismo.

20) Adoctrinar es siempre un acto autoritario y totalitario.

Esos son también los rasgos del nuevo fascismo en ascenso, cuyo centro es la estatolatria, el culto por el ente estatal.

Félix Rodrigo Mora.