sábado, 28 de diciembre de 2019

EXTRACTO ORIENTATIVO.


–Profesor, no acabo de entenderle. No insisto en que lo llame usted «gobierno»: lo único que quiero es que exponga qué normas cree necesarias para asegurar una libertad igual para todos.

–Querida señorita, acepto alegremente sus normas.

–¡Pero usted no parece desear ninguna norma!

–Es cierto. Pero aceptaré cualquier norma que usted considere necesaria para su libertad. Yo soy libre, al margen de las normas que me rodean. Si las encuentro soportables, las soporto; si me parecen detestables, las quebranto. Soy libre porque sé que sólo yo soy moralmente responsable de todo lo que haga.

–¿No respetaría usted una ley que la mayoría considerase necesaria?

–Dígame de qué ley se trata, querida, y le diré si la obedeceré.


R. A. Heinlein, La Luna es una cruel amante.


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