miércoles, 8 de junio de 2011

NOTICIAS.

LA RUPTURA DE LA SIMBIOSIS PRIMARIA.

Si se separa a la criatura de su madre, el programa de nutrición se cierra y se abre el de defensa; la criatura entra en un estado de alerta, y protesta mediante el llanto reclamando ser devuelta a su hábitat.
La criatura separada de la madre realiza una actividad intensa que cursa con una bajada de la temperatura corporal, disminución del ritmo cardíaco y respiratorio, taquicardias y apneas, inducidas por el aumento masivo de glucocorticoides (hormonas del stress).
Si la criatura es mantenida separada de la madre durante tiempo, llorará cada vez con más desesperación, y pasará del estado de alerta al de desesperación, hasta que el cansancio le rinda.
Bergman dice que llorar es nocivo para los recién nacidos; ello restaura la circulación fetal y aumenta el riesgo de hemorragia intraventricular y otros problemas.
Hay estudios que explican que las descargas masivas de las hormonas del stress crean una toxicidad bioquímica que perjudica seriamente a la formación del sistema neurológico, pues
no sólo dañan a las células cerebrales sino también la memoria y ponen en marcha una desregulación duradera de la bioquímica cerebral.

Según estas investigaciones, los valores de referencia considerados "normales" en pediatría (temperatura, ritmo cardíaco y respiratorio, etc.) están equivocados, puesto que se han tomado como tales los valores de las criaturas recién nacidas fuera de su hábitat normal, en un estado de alerta y de stress. Bergman asegura que deben ser re-evaluados.
Estamos pues ante la misma situación que refería
Michel Odent sobre el parto hospitalario, tomando como "normales" las mediciones fisiológicas en una situación irregular.


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